viernes, 27 de febrero de 2015

CUENTO DE EDUCACIÓN EN VALORES

Abuelos contra marcianos

La humanidad se jugaba su futuro en un gran partido de fútbol. Era la última oportunidad que nos habían dado los marcianos antes de exterminarnos. Solo unos pocos equipos formados por los mejores jugadores de los mejores clubs del mundo se ofrecieron a salvarnos. Bueno, esos, y un equipo de abueletes, tan viejecitos y despistados que ni ellos mismos sabían cómo habían acabado apuntados en la lista. Y como suele pasar con estas cosas, fue el equipo que salió elegido en el sorteo.
De nada sirvieron las quejas de los gobernantes, las manifestaciones por todo el mundo o las amenazas. Los marcianos fueron tajantes: el sorteo fue justo, los abuelos jugarían el partido, y su única ventaja sería poder elegir dónde y cuándo.
Todos odiaban a aquellos abuelos viejos, despistados y entrometidos, y nadie quiso prepararlos ni entrenar con ellos. Solo sus nietos disculpaban su error y los seguían queriendo y acompañando, así que su único entrenamiento consistió en reunirse en corro con ellos para escuchar una y otra vez sus viejas historias y aventuras. Después de todo, aquellas historias les encantaban a los chicos, aunque les parecía imposible que fueran verdad viendo lo arrugados y débiles que estaban sus abuelos.
Solo cuando los marcianos vinieron a acordar el sitio y el lugar, el pequeño Pablo, el nieto de uno de ellos, tuvo una idea:
- Jugaremos en Maracaná. Mi abuelo siempre habla de ese estadio. Y lo haremos en 1960.
- ¿En 1960? ¡Pero eso fue hace más de 50 años! - replicaron los marcianos.
- ¿Vais a invadir la tierra y no tenéis máquinas del tiempo?
- ¡Claro que las tenemos! - dijeron ofendidos. - Mañana mismo haremos el viaje en el tiempo y se jugará el partido. Y todos podrán verlo por televisión.
Al día siguiente se reunieron los equipos en Maracaná. A la máquina del tiempo subieron los fuertes y poderosos marcianos, y un grupito de torpes ancianos. Pero según pasaban los años hacia atrás, los marcianos se hacían pequeños y débiles, volviéndose niños, mientras a los abuelos les crecía el pelo, perdían las arrugas, y se volvían jóvenes y fuertes. Ahora sí se les veía totalmente capaces de hacer todas las hazañas que contaban a sus nietos en sus historias de abueletes.
Por supuesto, aquellos abuelos sabios con sus antiguos y fuertes cuerpos dieron una gran exhibición y aplastaron al grupo de niños marcianos sin dificultad, entre los aplausos y vítores del público. Cuando volvieron al presente, recuperaron su aspecto arrugado, despistado y torpe, pero nadie se burló de ellos, ni los llamó viejos. En vez de eso los trataron como auténticos héroes. Y muchos se juntaban cada día para escuchar sus historias porque todos, hasta los más burlones, sabían que incluso el viejecito más arrugado había sido capaz de las mejores hazañas.

miércoles, 4 de febrero de 2015

TERRORES NOCTURNOS, ¿QUE HACER?



¿Qué son los terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos son uno de las alteraciones del sueño más comunes en niños. En un terror nocturno el niño podrá sentarse de repente y empezar a chillar, llorar y balbucear sin consuelo. Provocan mucho estrés en los padres ya que se encuentran con un niño aterrorizado y es imposible consolarle.
Cabe decir que, en contra de lo “alarmante” del terror nocturno, este no revierte en la inmensa mayoría de los casos ninguna gravedad y salvo contadas ocasiones es algo que desaparecerá simplemente con el tiempo.
Según el DSM-IV la prevalencia de los terrores nocturnos en población infantil es de un 1-6%, siendo estos más comunes en niños que en niñas y se suele dar entre los 4 y 12 años. Se habla también de que tienen una importante base genética en su aparición.

¿Cómo puedo diferenciar un terror nocturno de una pesadilla?




A continuación os mostramos una tabla que podréis utilizar como guía para diferenciar entre terror nocturno y pesadilla. Una buena pista para diferenciarlos nos la da Jordi A. Mindel autora de Sleeping through the night es preguntarse quién está peor a la mañana siguiente “si tu hijo está todavía agitado tuvo una pesadilla, si eres la que continúas angustiada, probablemente tuvo un terror nocturno”.
PESADILLAS
TERRORES NOCTURNOS
Normalmente el niño se despierta durante el episodio y recuerda el contenido del sueño.
A pesar de que puede incorporarse de la cama e incluso llorar o gritar, resulta muy difícil despertarle. No recordará nada.
Los contenidos del sueño recordados son muy elaborados.
Contenidos inexistentes o muy vagos del episodio.
Durante los episodios no suelen aparecer movimientos ni vocalizaciones ya que no existe tono muscular. En el caso de que aparezca alguna palabra o grito indica el final de la pesadilla.
Pueden aparecer verbalizaciones y/o vocalizaciones por la presencia de tono muscular.
Al despertarse: sensación de miedo y ansiedad asociadas al recuerdo de las imagenes oníricas.
Se experimenta una intensa ansiedad con gran activación autonómica.
Aparecen en la fase de sueño REM.
Aparecen en el sueño No REM.
Suelen darse en la segunda mitad de la noche.
Se dan en la primera mitad de la noche.
Inicio entre los 3 y 6 años.
Inicio entre los 4 y 12 años.
Suelen remitir a medida que el niño se hace mayor.
Suelen desaparecer con el tiempo y normalmente no precisan tratamiento farmacológico.

¿Qué tengo que hacer cuando mi hijo tenga un terror nocturno?
Lo principal es mantener la calma, saber reconocer que es un terror nocturno y no alarmarse. A tu hijo no le está pasando nada peligroso. Una vez que sabemos qué es lo que está pasando, solo tenemos que seguir estas indicaciones:
-          No tratar de despertar al niño mientras esté sufriendo un terror nocturno.
-          Vigilar que no se caiga de la cama o que haya algún elemento con el que pueda hacerse daño.
-          Recordar que el niño no está sufriendo.
-          No demostrar al día siguiente angustia o preocupación sobre el terror nocturno delante del niño. Él no va a recordar nada y solo va a servir para angustiarle.

¿Qué ocasionan los terrores nocturno y cómo puedo evitarlos?
Desgraciadamente todavía no sabemos cuáles son las causas de los terrores nocturnos y no existe ninguna terapia o tratamiento farmacológico para evitarlos. Lo que sí sabemos es que la presencia de estos terrores nocturnos no tiene por qué guardar ninguna relación con problemas psicológicos, angustias o traumas. Por lo que conviene que simplemente sigamos una adecuada Higiene y pautas del sueño:
-          Manteniendo horarios regulares de levantarse y acostarse.
-          Durmiendo al menos 8 horas.
-          Manteniendo rutinas de preparación al sueño, por ejemplo: ponerse el pijama, lavarse los dientes, dar las buenas noches, leer un cuento, dar un beso y apagar la luz.
-          Disponer de un entorno apropiado para dormir: que la habitación esté oscura, silenciosa y a una buena temperatura.